Síndrome Polar es el anverso y el reverso del frío. El anverso es la naturaleza, la mirada naif y el calor de los cuerpos. El reverso es el miedo: a la realidad, a la gente, a la autodestrucción.
Síndrome Polar es un ejercicio de introspección y, como tal, una síntesis desprovista de casualidades.
Síndrome Polar es mi única salida en dirección a todas esas canciones que hubiera querido componer. Es mi disco de Family, de Fangoria o de Junior Boys. También es el viaje pendiente, la mirada de Otto el piloto o el deshielo anunciado para 2020.
Síndrome Polar es un observatorio situado en mi ciudad interior, desde donde diviso cómo se agotan las horas del mundo.
El viaje al Síndrome Polar ha tomado tiempo, mucho o poco dependerá de la perspectiva. Lo que resulta innegable es que la búsqueda ha obligado a no llevar nada ni a nadie en el camino al centro del Círculo Polar.
No hay voces, alarmas, señales ni alternativas que no sean la propia búsqueda y la claridad meridiana de saber que no se ha llegado aún al destino. Solo cuando hemos seguido el norte y hemos descubierto ese punto clave, la caminata ha finalizado. Es ese preciso instante, en el que volvemos la mirada a lo andado, el que da sentido a cada uno de los pasos que con mayor o menor esfuerzo hemos dibujado en la nieve.
(Textos para el book diseñado por Moon).
Síndrome Polar es un ejercicio de introspección y, como tal, una síntesis desprovista de casualidades.
Síndrome Polar es mi única salida en dirección a todas esas canciones que hubiera querido componer. Es mi disco de Family, de Fangoria o de Junior Boys. También es el viaje pendiente, la mirada de Otto el piloto o el deshielo anunciado para 2020.
Síndrome Polar es un observatorio situado en mi ciudad interior, desde donde diviso cómo se agotan las horas del mundo.
Manolo Lay.
El viaje al Síndrome Polar ha tomado tiempo, mucho o poco dependerá de la perspectiva. Lo que resulta innegable es que la búsqueda ha obligado a no llevar nada ni a nadie en el camino al centro del Círculo Polar.
No hay voces, alarmas, señales ni alternativas que no sean la propia búsqueda y la claridad meridiana de saber que no se ha llegado aún al destino. Solo cuando hemos seguido el norte y hemos descubierto ese punto clave, la caminata ha finalizado. Es ese preciso instante, en el que volvemos la mirada a lo andado, el que da sentido a cada uno de los pasos que con mayor o menor esfuerzo hemos dibujado en la nieve.
Pedro Carrillo.
(Textos para el book diseñado por Moon).