Qué se puede esperar del ser humano, que llamó Tierra a un planeta compuesto en su mayor parte por agua.
Que denomina emociones a los impulsos eléctricos y deseos a las reacciones químicas.
Quisimos cambiar el mundo, pero fue al revés. Buscamos la cima, pero somos simples cantos rodados.
Dice Saramago que cuando termina un libro siente emoción y que, a veces, hay lágrimas.
“Cuando acabas, te despides, entra una especie de vacío, ¿y ahora qué? Siempre”. Eso dice.
Con la música debe ser distinto: no hay partidas, ningún personaje que te dice adiós.
Terminas y te das cuenta de que, en realidad, no has hecho más que empezar. Esa es la sensación que me produce haber cerrado Hablar demasiado ayuda a tu enemigo, algo parecido a beberse toda la botella y seguir teniendo la misma sed.
También es un parto: ahora son los demás quienes conocen al bebé, le hacen morisquetas, dicen si se parece a su madre o a su padre, si es bonito o sólo gracioso…
El río llegó al mar. ¿Y viceversa?